Cuento Zen: Los ojos bien abiertos

Un discípulo le preguntó a su maestro:
-Maestro, ¿cómo alcanzar la iluminación?
-Es muy sencillo –respondió el maestro-. Para alcanzarla, es necesario que hagas exactamente lo que haces cada mañana para que el sol se alce…
Perplejo, el discípulo se rascó el cogote, preguntándose qué podía hacer él para que el sol se alzara. Tras larga reflexión, llegó a la conclusión de que, en el fondo, no hacía estrictamente nada.
-Pero, entonces, ¿para qué estudiar caligrafía, kárate, kendo, tiro al arco, el arreglo foral, la preparación de bonsáis, etc.-le preguntó al maestro-.¿Para qué sirve?
-Pues para que, cuando el sol se alce, tengas los ojos bien abiertos.
Nos podemos preguntar, ¿cómo saber si estamos en una adecuada relación con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea?
Este cuento nos propone estar constantemente y de forma sencilla preparados y en consciencia.
Nuestra consciencia está relacionada con nuestras cualidades y valores innatos. Dependiendo de cómo será nuestra consciencia, así será nuestra perspectiva del mundo.
Vivir el presente con atención haciendo las cosas que nos gustan o las obligaciones de forma atenta, sin esperar, nos ayuda a estar más equilibrados.
Si, por ejemplo, nuestra atención se centra en los defectos y debilidades de las personas, transmitiremos energía a esas debilidades y así la fortalecemos, tanto en la otra persona como en nosotros mismos.
La armonía con nuestro ser dependerá del deseo de conocernos, de aceptarnos y de desarrollar en la práctica, las más altas posibilidades de nuestra naturaleza.
Incluiría tres conceptos básicos: la consciencia de uno mismo, la auto aceptación y la afirmación personal.
Comenzamos a tomar consciencia de nosotros mismos aprendiendo a comprender con mayor claridad nuestros sentimientos y emociones. El arte de tomar consciencia consiste en observar sin interferir, pero, al principio, puede resultar una experiencia atemorizadora.
Podemos desconocer por qué nos sentimos de determinada manera o qué sentimientos pueden sobrevenirnos en el futuro inmediato. Podemos experimentar incluso el pánico al descontrol.
Para cultivar la consciencia de sí mismo, es necesario recordar que sabemos mucho más de lo que somos conscientes de saber
Lo natural se manifiesta irremediablemente, la salida del sol, el viento…etc. De igual forma que en nosotros va emergiendo lo que somos, el ser que habita. Nuestra autenticidad nos hace sentir más equilibrados, comunicarnos con nuestro interior, en el silencio en el hacer cotidiano es una de las mejores formas de cuidarnos y atendernos.
Tenemos que prestar atención a lo que somos realmente.
Y tú ¿qué haces para desarrollar la atención en ti mismo?
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