Trás una ruptura de pareja
“los problemas importantes a los que nos enfrentamos no se pueden resolver en el mismo plano de pensamiento en el que estábamos cuando lo creamos” A. Einstein

Maribel Gabasa
Tras una ruptura de pareja
Comencemos con esta pregunta. ¿Me podré volver a enamorar?
Y mi respuesta es SI, y volveremos a empezar y a ilusionarnos las veces que haga falta. No hay duda de que merece la pena.
En esa transición después de una ruptura de pareja en la que ya empezamos a desear volver a sentir el amor, amar y ser amada, encontrar un nuevo compañero o compañera con quien compartir y al cual amar de nuevo suelen aparecer miedos e inseguridades por las experiencias pasadas. Todos estos sentimientos y emociones son naturales.
La mente tiene un papel destacado en la gestión de nuestras emociones. Está en continua interacción con ellas y con frecuencia quieren cosas diferentes: “quiero acercarme a tal persona y la mente me frena”. La relación esencial entre la mente y las emociones es de complementariedad, son como las dos manos, los dos ojos o los dos hemisferios cerebrales.
A menos que seas una persona muy fuera de lo común, dentro de ti misma tienes un depósito de sentimientos, como la sensación de fracaso y estos espacios contienen pequeños estanques de baja autoestima, inseguridades, miedo al rechazo, envidia, ofensas, metas no alcanzadas, sueños no expresados, lágrimas sin derramar. Día tras día vivimos con estos compañeros emocionales de forma constante, a todos nos pasa.
La madurez es el proceso de aprender a manejar el dolor que encierra nuestra existencia, sea cual sea la forma que adopte.
Es imprescindible recordar que nosotras somos tanto nuestra mente como nuestras emociones. Nuestro destino psicológico dependerá de la relación que establezcamos entre ellas: podrá ser un camino en el que predomine la insatisfacción y la duda o por el contrario, un camino a recorrer con esperanza, aprendiendo y con la paz emocional que produce el sentirnos sabia y amorosamente respaldadas por nosotras mismas.
El primer reencuentro cuando llegamos a una paz interna y aparecen la esperanza y la alegría.
La alegría es una emoción que provoca expansión, vitalidad, y no me refiero a esa “falsa alegría”, estrategia emocional que usamos a veces como máscara para tapar otras emociones más problemáticas o desagradables. Sin embargo, la alegría genuina nos lleva a compartir y a expresar. Todos conocemos personas que les incomoda la felicidad. Pero, en todo caso, la vivencia de la alegría parece ser una cuestión de práctica. Se intensifica cuando nos acostumbramos a agradecer lo bueno que tenemos y le devolvemos a la vida y al mundo toda su generosidad.
Cuando sentimos que nuestro corazón vuelve a latir y se instaura en nosotras el deseo de amar y encontrar una nueva relación, desde esa nueva mirada es importante tomar las riendas y responsabilizarnos. A veces se está más pendiente de los demás que de una. Obsesionarse por agradar y buscar la aprobación nos lleva a distanciarnos de nuestras propias necesidades
“La verdadera locura es hacer siempre lo mismo y esperar un resultado diferente”
Aprender a confiar e ir disfrutando de nuestro propio camino, con nuestras amistades, hobbies nos recoloca de nuevo en nuestro poder, en la realidad y en nuestra propia brújula interna, la intuición.
Puede ser un momento adecuado para reflexionar sobre el lugar que ocupa la pareja en nuestra mente y revisar nuestras creencias, si realmente la pareja ha de colmar nuestra vida o esta idea es un mito. ¿Qué pasa si a pesar del paso de los años no aparece esa persona especial?, a veces podemos sentir que nos falta algo, que echamos de menos no haber encontrado a esa persona especial o que la vida es mucho más que tener o no pareja, en ocasiones para ciertas personas caminar entre estos dos sentimientos se convierte en una constante en la vida.
Te propongo que empieces a encontrar tus propios ideales, o tu realidad actual sobre la pareja, que seguramente son los que tú puedes y quieres lograr y no los que marca la sociedad. Esta será una verdadera aceptación de ti misma y te dará muchas gratificaciones. Entre otras, sentir que puedes elegir a la persona que tú deseas.
El segundo reencuentro: A ti misma
La naturalidad de ir cuidando de una misma.
La reflexión y madurez que nos ha quedado en el camino y tiempo transcurrido después de una ruptura de pareja nos prepara para las siguiente etapa de nuevas vivencias. Podemos pensar, comprender, imaginar y aprender gracias a la transformación de lo pasado. También proyectar el futuro, visualizar nuevas maneras de experimentar.
En nosotras está la capacidad de sentir diferentes tipos de emociones, de intuir, de empatizar con los demás, de amar, de hacernos felices o infelices a nosotras mismas y también de ser conscientes del proceso. Poseemos un corazón que nos quía en esas tareas.
Cuando nuestros pensamientos, sentimientos y acciones coinciden con los valores que más apreciamos, la alegría se convierte en algo que fluye inagotable en nuestra vida y, además, es independiente de los condicionamientos externos. Lo que nos dice la sociedad.
Es importante abrirse a lo nuevo, abre tu mente a experimentar cosas nuevas. Ante alguna propuesta novedosa y diferente a lo que haces normalmente en tu vida, en lugar de rechazarla, di: “¿Y por qué no? o “voy a ver quién soy yo y cómo actúo ante esta nueva experiencia”. Esto hará que tu mente sea más flexible, que no se esconda tras patrones de conducta que se han convertido en hábitos. Te hará ver lo estimulante y divertido que puede ser salir de tu zona de seguridad y apostar por lo nuevo. Te ayudará a descubrir facetas que no conocías de ti misma.
Dedicarte un tiempo del día a ti misma dejando a un lado tus obligaciones y responsabilidades, te ayuda a ser más autosuficiente y no depender emocionalmente de los demás, “¿qué regalo me puedo dar hoy para sentirme bien? Puede ser desde un baño relajante, leer ese libro que hace tiempo quieres empezar, reservarte un masaje, etc.
Aquel que te ame lo hará por lo que eres y no por lo que pareces ser.
Verse sólo a través de los ojos de los demás es perderse
Puedes ir sintiendo alivio de los síntomas e ir recuperando la ilusión de forma natural. En muchos casos emprender una búsqueda personal a través de algún tipo de terapia psicológica, con el acompañamiento de un profesional nos puede ayudar más a comprender el malestar y recuperar nuestra fortaleza interna, resulta eficaz en nuestro camino en el reencuentro con el amor, hacia nosotras mismas.
«Aquel que te ame lo hará por lo que eres y no por lo que pareces ser. Verse sólo a través de los ojos de los demás es perderse.«
Puedes ir sintiendo alivio de los síntomas e ir recuperando la ilusión de forma natural. En muchos casos emprender una búsqueda personal a través de algún tipo de terapia psicológica, con el acompañamiento de un profesional nos puede ayudar más a comprender el malestar y recuperar nuestra fortaleza interna, resulta eficaz en nuestro camino en el reencuentro con el amor, hacia nosotras mismas.


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