Relajarse en otoño

MARIBEL GABASA
Es cierto que este cambio estacional, lleva aparejados algunos factores que pueden afectar negativamente a nuestro estado anímico. La luz tiene una relación directa con nuestro estado de ánimo. Por eso, en primavera y verano tendemos a estar más animados, y al contrario en los meses de otoño e invierno.
Sabemos, por ejemplo, que el descenso de horas de luz aumenta las sensaciones de relajación: el sosiego y la calma, pero también la melancolía y la tristeza. Y también hay evidencias de que el aumento de claridad contribuye a la activación, tanto en su sentido positivo (alegría) como negativo (ansiedad).
La evidencia clínica apoya esta relación entre la luz y la depresión. En los pacientes que sufren esta enfermedad, es característica la tendencia a la fotofobia: encerrarse en cuartos oscuros, cerrar persianas, llevar gafas de sol etc. La tristeza se esconde en la oscuridad.
Nuestro modo de afrontar estos cambios nos puede ayudar a sentirnos más equilibrados y relajados.
Algunas sugerencias:
-La Meditación reduce el estrés de manera natural. Es una técnica efectiva para una vida sin estrés.
-Creación de una perspectiva equilibrada y realista, centrándonos en el día a día sin muchas exigencias.
-Paseos por la naturaleza o parques en las ciudades.
-Rodearnos de las personas queridas y que nos valoran tal como somos.
