Mi elección sexual

Maribel Gabasa
La sexualidad humana no está sólo determinada por la biología, ni por el sexo, género, sino por nuestra construcción psíquica muy vinculada al entorno afectivo: la familia, educadores, amigos etc.
Dada la gran importancia de estos vínculos infantiles para la posterior elección y disfrute de la sexualidad, cualquier perturbación de ellos puede tener consecuencias para la vida sexual adulta.
La sexualidad comienza prácticamente con la vida, por tanto, cuando llega la pubertad ya tiene un largo recorrido. Según Ericsson, la identidad que se adquiere durante la adolescencia tiene lugar con el emerger del cuerpo adulto momento en el que se adquiere una relación consigo mismo que reemplaza en importancia a la relación con los padres.
Los adolescentes están en una situación complicada, están cambiando, dejando detrás su infancia. En esta transformación es muy importante para el joven y la joven una calidad afectiva en sus relaciones familiares, un buen canal de comunicación para que puedan desarrollar un comportamiento sexual basado en una determinación personal libre y voluntaria tal como se menciona en la OMS: “con ausencia de temores, sentimientos de vergüenza y culpabilidad; de creencias infundadas y de otros aspectos psicológicos que inhiban la reacción sexual o perturben las relaciones sexuales”.
La manera en cómo nos hemos sentido queridos, cómo nos hemos ido identificando y con quien a lo largo de nuestras etapas en el desarrollo personal, crearan la base de nuestras elecciones, de nuestros deseos y de nuestra vinculación amorosa y sexual.

